El reencuentro
A veces uno no sabe ni cómo ni porqué, se echa en brazos de quien le hace sentir viv@ sin pensar en las consecuencias o si ha valido la pena.
Mi amiga Carol es de las de "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" y así es como empezó todo.
Todas las mañanas va a desayunar al mismo bar de siempre.
Entra y se va directa al final de la barra y se pide su café con leche y su tostada con tomate y aceite. Aunque ya hace tanto tiempo que toma allí su tentempié que el camarero le pregunta: ¿lo de siempre?.
Mientras ojea el periódico, intuye una mirada fija en su nuca. Intenta decirse que no va con ella, pero el caso es que hasta la sensación le resulta familiar.
Es como si esos ojos la hubieran observado a menudo durante un largo espacio de tiempo. Abrumada por la sensación se aventura a buscar el propietario de tan intensa mirada.
Le descubre, pero él no se hace el discreto. Su cara le resulta familiar. Mantiene sus ojos clavados en él, intentando saber quién es.
De pronto él se incorpora, deja al muchacho unas monedas encima de la barra y se dirige hacia ella lentamente, con una sonrisa dibujada en su rostro y con una seguridad abrumadora...
- ¿Carol? (no deja de sonreir...diossss...qué sonrisa!!!, piensa ella)
- ¿Sí? (la sílaba resbala de entre sus labios inconscientemente).
- Supe que eras tú desde el momento en que te vi entrar.
- ¿de qué nos conocemos?
- ¿De verdad no me recuerdas?
- ¿Debería hacerlo?
- No seas gallega...(la sonrisa se torna pícara).....No sé...quizás si buscas en tu memoria unos....mmmmm.....6 años atrás, te acuerdes de un chico larguirucho y avispado al que dijiste que no olvidarías fácilmente...
Carol indaga en su pasado. ¿Qué hombre sería merecedor de unas palabras tan inverosímiles? ¿Seguro que las dijo ella? Estaría bebida...pero el caso es que su voz le resulta muy cercana...
Tras unos segundos que parecen horas, ella empieza a recordar conforme se va fijando en sus facciones. Sí, es el. No podría ser otro. Tanto tiempo intentando olvidarle dio sus frutos. En realidad él no ha cambiado tanto. Y por lo visto, ella tampoco. Hace 6 años ella tenía pareja y él también. Vivieron una intensa aventura durante dos meses. Tan intensa que sin proponérselo, Carol podía sentir de nuevo sus labios mezclados con los suyos, y sus manos acariciando su cuerpo. Ella sintió el mismo dolor que cuando él la dejó atrás. Carol estuvo a punto de abandonarlo todo por él y seguir de su mano. Pero él recapacitó, y de pronto, todo le pareció una locura. Le pareció desmedido. Creyó que no era real sentir tanta pasión y la dejó. Si apuestas, hay que apostar fuerte y convencido, sino, mejor ser un cobarde. Y eso es lo que fue él. Ahora lo recuerda.
- ¿Tomás? (era una pregunta retórica)
- El mismo que viste y calza (mantiene su sonrisa y esa mirada cautivadora)
- ¿qué te cuentas?!!! (Carol estalla de alegría)Qué alegría verte por aquí!!! ¿trabajas por aquí? Vives por la zona? Y tu mujer? Y los niños? (a Tomás el rostro se le torna gris).
- Ya ves, estoy de paso...sólo trabajo, pero jamás hubiera dicho que te encontraría después de tanto tiempo...
- Bueno, la vida es así...en cada esquina te espera una sorpresa!!!!
E intentan ponerse al día. Todo lo rápido que los quince minutos de almuerzo le permiten a Carol. Ella puede notar cómo sigue ejerciendo esa influencia en él. El tiempo no ha ensombrecido su poder de seducción, y quizás tampoco ha eclipsado la ansiedad de Tomás por ser seducido. Siempre hubo química entre ellos y ya sabéis que "dónde hubo fuego, siempre quedan brasas".
- lo siento, he de irme...es ya la hora...a ver si nos vemos algún día por ahí!!!
Carol lo dice en serio. Le encantaría volver a esconderse con él en una habitación de hotel, sabedora, de que el mejor sexo está por llegar (como aquella vez...).
- cuando quieras Carol...( y deja la frase suspendida en el aire como esperando que ella pusiera fecha y hora)
Ella busca su monedero, deja el dinero y le planta dos besos a Tomás.
- Bien!! Pues yo trabajo por aquí cerca...a ver si coincidimos!!...Cuídate!!!!
Y casi termina la frase de camino a la puerta.
Ella sale y gira por la acera de camino a la oficina. Siente su corazón a mil y un intenso deseo entre las piernas. Al darle los dos besos, volvió a oler su piel...sintió de nuevo sus labios en sus mejillas... sintió el roce de sus manos ... aquellos brazos donde ella se abandonó ciegamente... recordó que en el fondo no lo había olvidado ¡¡qué paradoja!!.
Carol no tuvo el valor de darle su número de móvil. Ni siquiera tuvo el valor de decirle que hace años que no tiene pareja fija. Lo que quizás sí tuvo Carol fue el valor que hace 6 años no poseyó...ella habría sido capaz de dejarlo todo por él. Si él ha dejado de ser un cobarde, volverá a tomar el café, a la misma hora, en el mismo sitio...la próxima vez.
¿La vida da segundas oportunidades?
Besicos desde el país de las hadas.
Elly