...y los sueños, sueños son.
Soñé con él.
Mi cerebro todavía no adivina, por más que cavila, porque consiguió penetrar en mi subconsciente, además de en mi cuerpo.
Debe ser porque últimamente veo todos los días a un chico, que salvo por algún detalle sin importancia, me lo recuerda sobremanera.
Llevaba meses esperando su llamada. Pero no cualquier llamada. Sino esa que te obnubila la mente y te hace perder los papeles. Esa que lo más rápido que te hace pensar es en respuestas para cuestiones de cómo, dónde y a qué hora. (Bueno, y también a preguntas de ¿me dará tiempo a pasar por casa y ducharme?¿qué ropa interior llevo?¿voy depilada?....jajajajaajajajajaj...lo siento, si es que me sale un chiste de todo...).
Pasó a recogerme. Me subí al coche y le regalé la mejor de mis sonrisas e intenté que aquel momento fuera de lo más natural.
- - no me das dos besos? Rogó él.
En mi cabeza se agolpaban varias respuestas, pero los nervios me hicieron dar la más sincera.
- - ahora mismo...sólo te daría uno y nada casto.
Sus ojos brillaban y sus gruesos labios dibujaron una sonrisa ante aquella sentencia. Pero yo no lograba adivinar si era vanidad o deseo porque yo lo hiciera.
Así que ante la duda, me incliné por la actitud que sería la que marcaría si la cita era para tomar una coca-cola SOLO o no.
Me acerqué lentamente a su rostro manteniéndole la mirada. Él seguía sonriéndome y yo mordisqueé mi labio inferior como preámbulo de mi impaciencia por morder el suyo.
Sus ojos entonces me dijeron que no se iba a apartar, y fue cuando rocé los míos con los suyos. Primero un roce suave, seco, que hizo que nuestros labios se adhirieran y costara separarlos. Luego, y tras humedecer los míos con mi lengua a tan solo unos centímetros de distancia, me dispuse a darle un beso más intenso, donde su lengua y la mía juguetearan unidas al abrigo de nuestras bocas.
Cogió mi nuca apretandome hacia él. Y a esas alturas mi excitación ya iba en aumento. Sólo hay una manera de besar bien, y él sabe perfectamente cuál es.
Pasados unos minutos, nos separamos para tomar aliento. Momento que aprovechó para decirme: vámonos de aquí.
El coche recorría las calles sin prisa. Quería hacerme la indiferente, pero no podía. Un latido entre mis muslos lo impedía. No sabía el rumbo, pero daba igual. Aquello no tenía espera y yo sabía lo que le gustaba ver, le gustaba observar cómo era capaz de autosatisfacerme.
Tenía calor y pedí aire frío. Apoyé mis pies sobre el salpicadero y dejé caer una mano entre mis piernas, mientras la otra jugaba con mi escote buscando mis senos. Mis dedos apretaron la costura del pantalón, justo por encima de mi clítoris y sin darme cuenta, acababa de desabrochar los primeros botones de mi camisa.
Le miré de reojo y le vi observándome. Le pregunté: ¿puedo?, a la vez que extendía mi mano izquierda hacia la cintura de su pantalón. "Sí" fue su única respuesta. Y allí, parados delante de un semáforo en rojo, lo desabroché, y empecé a hurgar por debajo del tejano...por debajo del bóxer...hasta dar con su espléndido miembro en proceso de erección.
No dejé de acariciarle mientras yo me desabrochaba con la derecha, y buscaba mi sexo.
Y fue cuando noté que estaba tan húmeda que mi mano resbalaba con facilidad.
-¿Cómo estás mi niña?
- compruébalo tú mismo...
Y saqué mi mano y la llevé hacia su boca. Lamió cada dedo saboreando el jugo de mi fruta prohibida con los ojos cerrados.
El semáforo se puso en verde. Así que yo también me abrí paso por encima de la palanca de cambios, hasta hundir mi cabeza en sus muslos, desde donde se veía asomar su erecto órgano.
Aparté mejor su ropa, y con suaves vaivenes de mi lengua...empecé a comérmela hasta donde la ropa me permitía...engulléndola hasta donde podía...
Noté que de pronto la velocidad del coche se reducía. Su mano buscaba mi cabeza, enredando sus largos dedos por entre mi pelo mientras yo seguía saboreándole...bajaba por mi espalda subiéndome la camisa...exploraba por debajo de mis pantalones...me asía el culo con todas sus fuerzas...
En breve su respiración era entrecortada...y en segundos se podía oír algún gemido ahogado.
Yo no paraba de chupar disfrutando con cada engullida. Imaginaba sus ojos llenos de placer y eso me excitaba más aún y me aseguraba que iba por el buen camino.
"Si sigues así, vamos a tener un accidente"
"Pues para el coche".
Volví a mi asiento y observé que ya no íbamos por la ciudad. Habíamos salido de ella y él tomaba un camino abandonado la derecha.
Escondió el coche tras unos árboles y pegamos nuestros asientos casi al trasero.
No hubo palabras. Sólo miradas de anhelo, una voluntad común por aplacar nuestro instinto. Él se despojó de sus pantalones y yo de los míos. Intentó venir hacia mí, pero yo le paré y me puse a horcajadas encima de él. Sentada sobre sus muslos, cogiendo su cuello y comiéndole la boca como el hambriento engulle un trozo de pan.
Sus manos recorrían mi espalda...se agolpaban por desabrochar los botones de mi camisa. Mis pechos quedaron al descubierto cuando también me despojó del sujetador.
Los cogía con ansiedad y los lamía con decisión.
Me acomodé sobre su sexo introduciéndolo dentro de mí y un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo. Todavía no he sentido tanta delicia en nada de lo que haya hecho en mi vida, como sentirle en mi interior llenando cada rincón de mi ser.
Cerré los ojos, estiré mi cuello hacia atrás y empecé a sentir cada una de sus embestidas mientras él sujetaba con firmeza mi espalda.
Cabalgué sobre su montura mientras con su lengua erizaba mis pezones y la subía por el camino que llegaba a mi cuello.
Yo no aguantaba más. Una mano apoyada en su hombro y con la otra acariciando mi sexo. Con cada una de sus penetraciones, deseaba morir así. Plena del placer más inmenso.
- - no aguanto más...
- - yo tampoco...
Siempre que podemos (y queremos), nos gusta armonizar nuestro clímax. Así que nuestros gemidos se hicieron uno y estallamos al unísono.
Yo abatida sobre su pecho. Él jugando con mi pelo y mi espalda. Absorta en el aroma de su piel. Embelesada por el olor a placer que inundaba el interior del coche.
Ojalá no hubiera sido un sueño.
Besicos desde el país de las hadas...bueno, de los elfos...
Elly
8 comentarios
jimmy -
Imaginate leer este post después de embarcar a toda la familia de vacaciones y quedarse uno "de Rodriguez" como se suele decir.
Que hablando de todo un poco ¿ a que se debería lo "de Rodriguez"?...que fue el primer español que no hizo vacaciones y el resto de la familia sí?.
Buen fin de semana, y mucha, mucha salud.
Hada del amor -
Estrella -
Besos!!
Estrella -
Besitos y feliz finde!!
Mys -
Quizas debería de poner un "elfo" en mi vida.
Jajajajaja Un besote pa la "Queen" de las Hadas
Carnmars -
Y con la caló q esta haciendo!!!la proxima vez me avisas q me traiga hielo o algo, jajaja.
Besicos.
pau -
Muy bonito relato, pero el calentón a ver quien me lo quita ahora...
Muuuakkk guapísima!
Me encanta como escribes, haces que me sepan a poco tus post y que siempre quiera más...
Un besazo!!!!!
Muuuak!
coco -
Ángela, María, Juana, que bien empezamos el viernes, con estos calores que tenemos y estos calentones que me provocais yo no se que va a ser de mi hoy, si empiezo a decir burradas es por vuetra culpa...
Besitoooooos